jueves, 8 de abril de 2010

En esa talla no me queda

Beatriz Casielles Alvarez

La mayoría de las personas que "trabajan" en una tienda de ropa creo que no tienen claro el concepto. Muchas de ellas y me dirijo sobe todo al género femenino piensan que por tener una cara "bonita" o creerse de la "movida" se lo van a dar gratis. En todos los trabajos se tienen malos días y existen momentos en los que es imposible dibujar una sonrisa, pero por lo general y más cuando trabajas de cara al público has de tratar ser agradable. Me quejo de las dependientas a las que les pides una talla de un pantalón y te la buscan de mala gana, por no hablar de las que ni se molestan y te dicen directamente que no hay. ¿Pero para que se creen que han sido contratadas? si no les gusta su trabajo que se busquen otro, no tenemos por qué aguantar su cara de pedo. Luego están las que nada más entrar en la tienda, te hacen el escáner con una mirada que poco tiene de sana. Desdoblas una camiseta y rápidamente se te ponen al lado a colocarla como diciendo... ya vino esta pesada a revolverlo todo... pues lo siento, pero si la has doblado una vez, la doblas dos, para eso te pagan. No quiero con esto meter a todos en el mismo saco, sé que hay gente encantadora a la que le gusta lo que hace y asesora sin ningún tipo de problema, me refiero más que nada a ésta nueva generación, victimas de la moda. A todas ellas… menos amargura y más dulzura!

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