lunes, 12 de abril de 2010

¡Teléfono!

Aitor Arambarri Alberdi

Una casa cualquiera, a cualquier hora. Suena el teléfono. El anónimo ciudadano descuelga el auricular: "¿Quién es?". Al otro lado de la línea se encuentra emboscada una voz con acento extranjero situada a miles de kilómetros de distancia. La citada voz se presenta: adopta diversos nombres, y quiere vendernos algo. Siempre nos quiere vender algo. "Tengo una oferta que no podrá usted rechazar...". Digno de Al Pacino. El fenómeno abarca todo tipo de formas: compañías de teléfono, de gas, de electricidad, entidades bancarias... y está en plena expansión. Qué bien. Una forma rápida y sencilla de llegar directamente al posible cliente. Claro que puede que el señor posible comprador se encuentre en ese momento en la ducha, cocinando, en el baño, a punto de salir... Fallos del sistema. Daños colaterales. Y el teléfono que vuelve a sonar, para desesperación del ciudadano.Y no hay derecho.

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