jueves, 29 de abril de 2010

Mucho moodle pero luego, ¿para qué?

Irene Crespo Gómez

Normalmente vivo en bilbao, pero acostumbro a pasar los fines de semana en mi casa en Santander. Esta semana, por motivos personales, me tuve que quedar allí hasta el martes, con lo cual el miércoles tuve que venir a mi clase de las 15:00. Como suele suceder, el mismo miércoles por la mañana me salen mil cosas que hacer, comprar unas cosas, hacer la maleta, preparar la comida para traerme, ducharme, comer... Con lo cual, me paso la mañana sin parar, como a todo correr y salgo a topa prisa para Bilbao antes de las 14:00 para así poder llegar a primera hora a la siempre entretenida clase de historia. Después de 100km con los nervios que eso conlleva, me encuentro al llegar a clase con que mis compañeros me dicen que no hay clase, que el profesor de historia se ha dignado a ponernos una nota en la puera del aula diciéndonos que no va a poder asistir (ni explicaciones, ni mucho menos una disculpa). Con lo cual, mi queja de esta semana va dirigida a todos esos profesores que exigen y exigen sin dar ellos nada a cambio. Nosotros tenemos que estar metiendo constantemente información al moodle sobre la asignatura, y él ni siquiera es capaz de mandar un correo avisándonos de que no va a asistir a clase ese día, lo que me parece una falta de respeto por su parte. A veces, esas cosas son inevitables, porque te puedes poner malo esa misma tarde y no tener tiempo para avisar (aunque ya es raro), pero el profesor solo faltó ayer y hoy a acudido a clase con total normalidad, y sin ninguna apariencia de haber estado enfermo. No se cuales serán sus motivos, e incluso igual no tengo razón en esta ocasión (aunque yo creo que sí), pero vamos, si tengo claro que tengo derecho a quejarme sobre esto puesto que no es la primera vez que me sucede en nuestra querida UPV.

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