viernes, 7 de mayo de 2010

Menudo "arg"


Leticia Álvarez-Sala Villazón


A veces voy por la calle y veo cosas que no me gustan, como todos, pero últimamente, no se si será por tener que escribir cada semana en este blog, o porque cada día me molesta más todo, cada vez veo más y más cosas que no me caben en la cabeza.
Hace algunos meses terminaron unas obras en Txurdinaga, donde yo vivo, y para rematar la faena no se les ocurrió otra cosa que poner unos baños públicos en la calle. No me entendáis mal, me parece bien que lo hagan y para mucha gente serán útiles si se presenta la necesidad pero, una cosa es un baño público o para el público y otra muy diferente un baño abierto al público. Me explico, este baño consta de dos partes, un servicio cerrado en el que asumo que solo entran mujeres y un meadero para hombres con unas vistas de lo más agradables. ¿A quién se le ocurrió hacer eso?, en serio, ¿de verdad es normal poder ver mear a un paisano mientras paseas por la calle?, es sabido por todos que los baños de hombres no son muy higiénicos ni huelen a rosas (no es por criticar), pero tampoco creo que tengamos que airearlo en la puñetera calle y siendo así, tampoco creo que fuera tan difícil la hazaña de poner una puerta que tapara a las personas que allí se meten. ¿Acaso lo hacen para que no sientan la necesidad de mear contra una papelera porque el efecto del aire le da gusto? Bueno, ya se que no es para tanto, pero desde que me topé con la imágen (el olor y el sonido) de camino a la parada del bus a la que me acerco todos los días después de comer, se me revuelve el estómago. Además, esta situado al lado de un colegio y creo que estaréis conmigo en que no sería agradable que una de tantas niñas pasara por allí y a alguno se le escapara el pajarito.
Pobre del que tenga la ventana de la cocina de cara a esos aseos, a mi por suerte me tocan las obras.

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