lunes, 10 de mayo de 2010

Apártense por favor

Arianne Luis García
No hay cosa que más me moleste que ver como la gente cuando tiene paraguas va por las tejavanas de los edificios bien pegaditos a los edificios. Si ese hecho en sí no me molesta, lo peor es cuando los que no vamos con paraguas tenemos que separarnos y mojarnos porque ellos no se despegan de la pared. Pueden ir resguardaditos, pero cuando no hay nadie que por su culpa se vaya a mojar.
Señores, un poquito de cabeza por favor, que los paraguas están para mojarlos que para eso los llevan, parece que tienen miedo a que se desintegren si les da el agua. Los que no llevamos paraguas tenemos que ir mojándonos e intentando esquivarles, porque cuando ven que vamos por el mismo camino, no creas que se separan de la pared, para nada encima te miran mal, como si fueses te hubieses puesto por gusto en su camino.
Y otra cosa que suelen hacer mucho la gente que va con paraguas es pensar que las varillas son de algodón de azúcar. Van con unos paraguas enormes, que más parecen sombrillas como si la calle fuera suya. No saben que cuando te dan en la cara o se te enganchan las varillas en el pelo duele. Muchos deberían sacarse una licencia para poder llevar paraguas, porque menudo peligro son para la sociedad.

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