sábado, 8 de mayo de 2010

Cuando el fútbol manda…

Goiuri Arroyo Orbea


Así como la semana pasada me costó encontrar un tema sobre el que quejarme, esta semana lo tengo bastante claro. No sólo tengo una queja sino que tengo dos, claro que como las dos hacen referencia al mismo soporte voy a tratar de aunar las dos en una, a pesar de que realmente no están relacionadas entre sí.

Después de un largo y duro día de trabajo y estudio conciliado con la vida familiar, lo único que te apetece hacer al caer la noche, cuando la casa ya está en calma, es sentarte en el sofá con el único objetivo de dejarte embriagar por alguna teleserie y eso cada vez se hace más complicado. Recuerdo un tiempo en el que las series empezaban a las diez en punto, de manera rigurosa podías ver una cada noche con un mínimo retraso en la parrilla, hoy por hoy, sin embargo, el fútbol está por encima de cualquier otro programa dirigido al ocio del telespectador. Las noches que hay fútbol las series pasan a un segundo plano y pueden llegar a empezar incluso con una hora de retraso a pesar de estar anunciadas para el horario habitual, y ¡qué decir de la hora a la que terminan cuando esto sucede! Sólo diré que soy testigo directo de que pueden llegar a terminar a horas intempestivas.

Esto tiene efectos nefastos en mí que soy incapaz de dejar de ver una serie cuando me engancho a ella. Al día siguiente la jornada laboral no perdona y a nadie le importa a qué hora y porqué te fuiste tan tarde a la cama. La consecuencia más evidente es que debo arrastrar el cansancio y la falta de sueño toda la semana y estoy segura de que eso acabará repercutiendo en mi salud.

Tampoco me parece tan complicado ceñirse a los horarios. No a todos los espectadores nos gusta el fútbol y no tenemos porque aguantar, aunque se trate del deporte rey, que la programación se paralice para que todos los seguidores de ese deporte puedan hacer doblete, primero con el partido de turno y después con la serie. Estoy cansada de lo insignificante que puede llegar a ser el espectador cuando el fútbol entra en juego. Parece que si hay fútbol, hay fútbol y todo lo demás no importa.

No contentos con los excesivos retrasos en la programación, se atreven a incluir cortes publicitarios de hasta seis minutos a la 1 de la madrugada y aquí es dónde he encontrado el motivo para mi segunda queja. A la 1 de la madrugada del miércoles un canal de televisión estaba emitiendo aún la única serie que sigo hoy por hoy, de repente, se ve que les pareció que era temprano, y apareció uno de esos anuncios de volvemos en 6 minutos, resignada ante la pantalla y consciente de que no faltaba mucho para que acabara el capítulo, decidí ver los anuncios, y fue viendo uno de esos anuncios cuando decidí que lo que estaba viendo era motivo de queja. Se trataba del anuncio de un coche, el anuncio no tenía nada de particular, pero entonces me di cuenta de que había algo raro en la pantalla. En la parte inferior aparecía una especie de franja blanca, como una hilera de hormigas que tenía prisa por llegar a casa, deduje que era la letra pequeña de las condiciones de compra del vehículo, pero eso, deduje, porque lo que es leer, ni yo ni nadie, un imposible, leer lo que ponía ahí abajo está fuera del alcance de cualquier ser humano. Supongo que por ley están obligados a advertir de las características de la promoción en el anuncio, pero ¿Qué sentido tiene advertir de algo si a nadie le llega esa información? Me sentó hasta mal, porque me pareció que se estaban riendo de nosotros, ante la ley están cubiertos porque la cumplen a rajatabla, pero ¿de verdad eso es cumplir la ley? Tengo serias dudas al respecto, empiezo a pensar que en general son todos unos caraduras, tanto los que deciden que el fútbol tiene prioridad absoluta en nuestras vidas como los que creen que pueden burlarse de ese modo del consumidor.

1 comentario:

Kexati dijo...

A eso le llamo yo tener suerte, seguir teniendo ochos y nueves y no haber aprendido a estas alturas las normas de estilo para escribir en el blog.Así funciona la UPV