miércoles, 10 de marzo de 2010

18:57

Elisa Fernández Perojo

Ni un minuto más, ni un minuto menos. Después de toda una mañana peleándome con las sábanas para poder lograr ir a clase, y tras cuatro largas horas de angustia en el aula, me encuentro con la sorpresa de que el autobús que me trae de regreso a mi acogedor hogar, está encendiendo el intermitente para marcharse alas 18:57.

Al señor conductor no le ha importado dejar atrás una masa de gente corriendo detrás de el. Y digo yo, ¿pero si aún no era la hora?, ¿por qué tanta prisa?
Menos mal que para aquel entonces yo ya estaba subida en el maldito autobús, porque si no, creerme que este comentario iría acompañado de su foto.
El caso es que tan pronto llegan 10 minutos tarde, como salen 3 minutos antes de la hora. Parece una tontería, pero son tres minutos vitales en la vida de un estudiante deseoso de llegar a su casa. No os imaginaís la gracia que hace quedarse media hora como mínimo, tirada en ese monte llamado UPV y pasando frío. En definitiva, creo que con este blog no vamos a lograr un cambio en el funcionamiento de Bizkaibus, pero desde luego, si yo fuese su dueña o directora me replantearía muchas cosas.

1 comentario:

Kexati dijo...

Si señor! Muchos son los cambios que tiene que plantearse Bizkaibus. Propongo desde aki una huelga de estudiantes para que de una vez se nos escuche y se nos tome en serio. Si no lo hacemos nosotros no lo va a hacer nadie!!!

¿Por qué somos tan reivindicativos para unas cosas y para ésta que nos afecta tan directamente no hacemos nada?. Propong unos minutos de reflexión.