miércoles, 10 de marzo de 2010

Espere su turno por favor...
Beatriz Casielles Alvarez
Mi queja de esta semana va dirigida a la mala gestión y educación de los “profesionales” que trabajan en la Seguridad Social. Hace poco me levante con un gran dolor en un ojo, tras pasar una media hora y darme cuenta de que éste no cesaba, me vestí y acudí rápidamente a urgencias. Nada mas llegar y tras esperar una cola considerable, detrás de un mostrador atendido únicamente por una persona, me llegó el turno. Me dispuse a explicar lo que me ocurría y antes de acabar, ya se me estaba enviando a otra clínica, supuestamente la que me correspondía por zona. Me había costado un triunfo llegar hasta allí, porque no podía abrir el ojo y por acto reflejo el otro se me cerraba. Aún explicándole mi situación y la molestia tan grande que sentía, se negaron a atenderme. Gracias a Dios, no fue más que una pequeña úlcera, que con unos días de reposo se curó, pero, ¿quién sabe? quizás podría haber perdido el ojo… Éste no es más que uno de los muchos ejemplos que puedo contar acerca de todos los problemas que me ha dado hasta hoy la fantástica sanidad española. Me cabrea enormemente y siento una impotencia tan grande, que a veces me entran ganas de agarrarles por el pescuezo y obligarles por la fuerza a que me atiendan. No tanto por mi, sino por la pobre gente que verdaderamente tiene un problema grave de salud y tiene que esperar como mínimo dos meses para poder acudir al médico y que éste le recete algo que calme su dolor. Son médicos y se supone que les gusta ayudar a los enfermos y hacer todo lo que esté en sus manos para que se sientan mejor. Pues no, con lo que te encuentras es con recepcionistas amargadas que antes de preocuparse por lo que te pasa, ya te están preguntando a que seguro perteneces o cual es la clínica que te corresponde. Aconsejo desde aquí a la gente, que en el futuro destine una parte de sus ingresos para un seguro médico que les trate con dignidad, ya que de la seguridad publica no se puede esperar nada bueno a menos que ya estés en las ultimas, que entonces… ¿de que te servirá?.

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