lunes, 8 de marzo de 2010

...en femenino...

Ana García Echevarría

..."El derecho de ser escuchadas es un derecho de nivel básico, pero tenemos una historia a las espaldas de negación femenina, con pequeñas barreras constantes.
Una novela rosa supone tal grado de cursilería que es preciso justificar la adicción a los amores prohibidos, sin embargo, no se argumenta el nivel teórico del fútbol"...
Fue más o menos ésto lo que pensé el miércoles. En poco más de un minuto había logrado plantearme la pregunta y en otro poco más, intenté responderme. Con esos primeros cuatro párrafos como devaneo mental, quería llegar a saber por qué no había visto en cuatro años de universidad a un señor de la limpieza. Pero el ramalazo feminista que tengo me lleva a no saber solucionar este tipo de cuestiones. A no saber o a no querer.
Dejar caer con palabras una queja tan globalizada viene a ser gritar en tierra de nadie pero, por poco que sea, siempre se puede hacer algo.
Mi hombre de la limpieza no aparece y nadie asegura haberlo visto. Es tan invisible como lo fueron nuestros votos años atrás. Y eso, teniendo en cuenta que la gran diferencia entre ambos sexos es que nosotras tenemos capacidad de reproducción.
Voy a seguir teniendo fe en que el cambio es posible, que terminaré licenciada y habiendo visto al señorín, fregona en mano, que busco. Me llego a conformar con saber que alguien lo vio. De momento, hoy no es el día. El ocho de marzo es nuestro. Así que, entrados en el tema, voy a dedicar las últimas líneas a las sonrisas femeninas que, pese a todo, veo en este desastre de Adanes y Evas.

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