miércoles, 28 de abril de 2010

Quejarme de vicio


Kepa Rodríguez Alday

Hoy voy a quejarme del hecho de tener que quejarme una vez por semana.
Está claro que se trata simplemente de un trabajo de clase, algo que nos va a reportar un punto al final de curso que puede salvarnos de un apurillo, o colaborar a subir un poco la nota, pero llegados al punto de haber metido ya 5 o 6 entradas de quejas, la cosa empieza a
cansarme un poco.
Si bien es cierto que el tema "quejas" es amplio, y por lo tanto da mucho juego a la creatividad, tiene el handicap de que se hace muy tedioso. Hay días en los que tienes que buscar la queja en los rincones más ridículos de la UPV, o de tu pueblo, o de tu memoria, porque no se te ocurre nada que escribir, o simplemente, porque no tienes ganas de quejarte de nada (como yo hoy).
Estaría bien si, además de las quejas, se pudieran escribir cosas positivas, alegres, críticas de discos o películas, comentarios a noticias y reportajes, etc.
Aun así, para eso ya podemos crear nosotros nuestro propio blog y volcar ahí esa creatividad desbordante de la que hacemos gala los proyectos de periodista que poblamos las aulas del campus.

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