Samira Hidalgo
Paso mucho tiempo en la carretera, por eso debe ser que mis quejas casi siempre tienen que ver con el entorno de nuestras vías. Me molestan muchísimo esos badenes que se suponen que sirven para reducir nuestra velocidad. Desde luego que sirven para eso, pero nadie dijo que tuviesen que dañar nuestros coches al pasar por ellos. Desde mi casa hasta mi trabajo tengo que someter al coche a 7 bandas reductoras de velocidad y a 5 badenes para pasos de cebra; estas cantidades pueden parecer pocas, pero a la semana paso por las bandas más de 100 veces, y por los badenes más de 80; someter al coche a este tipo de medidas de reducción de velocidad ya me está pasando factura: bombillas fundidas, daños en la suspensión y vibraciones nuevas. En el caso de las luces, cuando alcanzan una determinada temperatura al pasar por esas bandas puede producir con mucha facilidad que éstas se fundan. De este modo, tengo que cambiar alguna luz del coche casi cada dos meses, y esto es mucho. Los ayuntamientos ponen los badenes que les da la gana, no todos cumplen con la normativa, ya que hay varios tipos y cada uno para un tramo específico de carretera; en muchos casos no se cumple la altura máxima y prácticamente la mayoría están colocados en sitios donde no tiene sentido. Es lógico que pongan medidas reductoras de velocidad, pero pueden ser menos agresivas y cumplir con la misma función. Si es que entre esto y los radares que sólo sirven para recaudar, lo que más se resiente es, en definitiva, nuestro bolsillo. Si los ayuntamientos siguieran con la normativa, es posible que la imagen de esos badenes arañados por los bajos de los coches, pasase a la historia.
Paso mucho tiempo en la carretera, por eso debe ser que mis quejas casi siempre tienen que ver con el entorno de nuestras vías. Me molestan muchísimo esos badenes que se suponen que sirven para reducir nuestra velocidad. Desde luego que sirven para eso, pero nadie dijo que tuviesen que dañar nuestros coches al pasar por ellos. Desde mi casa hasta mi trabajo tengo que someter al coche a 7 bandas reductoras de velocidad y a 5 badenes para pasos de cebra; estas cantidades pueden parecer pocas, pero a la semana paso por las bandas más de 100 veces, y por los badenes más de 80; someter al coche a este tipo de medidas de reducción de velocidad ya me está pasando factura: bombillas fundidas, daños en la suspensión y vibraciones nuevas. En el caso de las luces, cuando alcanzan una determinada temperatura al pasar por esas bandas puede producir con mucha facilidad que éstas se fundan. De este modo, tengo que cambiar alguna luz del coche casi cada dos meses, y esto es mucho. Los ayuntamientos ponen los badenes que les da la gana, no todos cumplen con la normativa, ya que hay varios tipos y cada uno para un tramo específico de carretera; en muchos casos no se cumple la altura máxima y prácticamente la mayoría están colocados en sitios donde no tiene sentido. Es lógico que pongan medidas reductoras de velocidad, pero pueden ser menos agresivas y cumplir con la misma función. Si es que entre esto y los radares que sólo sirven para recaudar, lo que más se resiente es, en definitiva, nuestro bolsillo. Si los ayuntamientos siguieran con la normativa, es posible que la imagen de esos badenes arañados por los bajos de los coches, pasase a la historia.
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