Jorge Cebrián Salvador
¿De qué me quejo esta semana si no es de cosas relacionadas con los libros o la uni? Pues a decir verdad no sé, porque apenas hago vida social. Sigo saliendo y tal, pero con preocupaciones. Me da que todo esta energía que estoy acumulando va estallar el día “equis” que acabe los exámenes (no digo el día porque sinceramente me da igual).
Si hay algo que diariamente me produce muy mala ostia, y es la mierda de televisión que hay a las tardes. Y si, la palabra perfecta, es mierda. Y por eso no se puede prescindir de ella en este texto a pesar de que debamos tener cuidado con el léxico. Después de estar dos horas delante de los libros, cuando haces un descanso para comer algo, yo me siento en frente del televisor y sólo me produce mal humor. Da igual, en cualquier canal están hablando de la Belén Esteban, de paquirrin, etc. ¿Esto le gusta a la gente? Porque a mí no. Además son programas basura, con una penosa organización, unido a un presentador impresentable, que se cree la más del lugar, y no se da cuenta de que ser presentador debería de ser algo muy serio. O otra presentadora, que mucho me da a mí que pensar, ya que ha subido en cuatro días, como mucho cinco, como la espuma en la televisión. Esta es la Pilar Rubio, que desde que está en Telecinco, tenemos sus pechos para comer, merendar y cenar. Y para mí no es gran presentadora, más bien sencillita y con pocos recursos (a pesar de que sólo vendan dos recursos). Todas estas cosas me dan mucho que pensar, y sí, digo que pienso mal, pero no puedo remediarlo (¡pues eso pienso!). A ver si estos crecidos se bajan un poco y aprenden de buenos presentadores: Matías Prats, Susanna Griso, Jesús Vázquez,... y la tele empieza a dar un poco de buena información (buenos documentales, información actual relacionada en otros muchos aspectos, programas divertidos, concursos, etc), y no avasallen con la vida de gente que no interesa, y que ganan a nuestra costa.
Si hay algo que diariamente me produce muy mala ostia, y es la mierda de televisión que hay a las tardes. Y si, la palabra perfecta, es mierda. Y por eso no se puede prescindir de ella en este texto a pesar de que debamos tener cuidado con el léxico. Después de estar dos horas delante de los libros, cuando haces un descanso para comer algo, yo me siento en frente del televisor y sólo me produce mal humor. Da igual, en cualquier canal están hablando de la Belén Esteban, de paquirrin, etc. ¿Esto le gusta a la gente? Porque a mí no. Además son programas basura, con una penosa organización, unido a un presentador impresentable, que se cree la más del lugar, y no se da cuenta de que ser presentador debería de ser algo muy serio. O otra presentadora, que mucho me da a mí que pensar, ya que ha subido en cuatro días, como mucho cinco, como la espuma en la televisión. Esta es la Pilar Rubio, que desde que está en Telecinco, tenemos sus pechos para comer, merendar y cenar. Y para mí no es gran presentadora, más bien sencillita y con pocos recursos (a pesar de que sólo vendan dos recursos). Todas estas cosas me dan mucho que pensar, y sí, digo que pienso mal, pero no puedo remediarlo (¡pues eso pienso!). A ver si estos crecidos se bajan un poco y aprenden de buenos presentadores: Matías Prats, Susanna Griso, Jesús Vázquez,... y la tele empieza a dar un poco de buena información (buenos documentales, información actual relacionada en otros muchos aspectos, programas divertidos, concursos, etc), y no avasallen con la vida de gente que no interesa, y que ganan a nuestra costa.
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