Mateo Pérez Martínez
Esta semana voy hablar de cierto problema 
vivido in situ. Soy partidario de que la circulación en las grandes urbes sea lo más fluida posible. También me parece interesante peatonalizar ciertas calles del centro de Bilbao con el fin de fomentar el uso de transporte público o simplemente disminuir el tráfico rutinario del centro. Pero también los conductores forman parte de esta restricción. Principalmente porque se ve reducido considerablemente el número de aparcamientos de superficie de la OTA. Hasta aquí todo perfecto. Sin embargo, las motocicletas pueden estacionar sin la necesidad de abonar ninguna cantidad económica. El problema surge cuando éstas lo hacen fuera de las zonas habilitadas para ello y deciden estacionar en zona OTA, inutilizando por completo su uso para los vehículos. El hecho es que hoy de camino a casa, he visto a uno de estos motoristas intrépidos que realizaba esta acción impidiendo que un coche pudiese utilizar ese “hueco”. Me parece estupendo que no cobren el estacionamiento de motos pero al igual que si mi vehículo excede el tiempo de aparcamiento se me multa, es injusto que estas motos no sean sancionadas también.
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