Maider Gamito
Todos nos hemos cruzado en muchísimas ocasiones por la calle a mujeres con la cabeza cubierta con pañuelos e incluso en ocasiones no solamente la cabeza, sino que también todo el cuerpo. La verdad es que casi puedo decir que estoy acostumbrada a ver mujeres extranjeras que se paseen así por la calle debido a su cultura. Lo que de verdad me llamó la atención ayer viernes, fue ver a una mujer con un burka. Ya había leído antes el maravilloso libro “Un burka por amor” de la escritora Reyes Monforte, en el que cuenta una historia preciosa de una mujer española que por amor se ve envuelta en otra cultura totalmente diferente, y acaba poniéndose un burka. Bueno pues, una cosa es leer un libro y otra cosa es verlo en la realidad. Nunca había visto un burka por la calle hasta ayer, y la verdad es que me quedé impresionada. Desde que he visto semejante barbaridad, puedo decir que no todas las culturas me parecen respetables porque a la vista está que existen aún en el siglo XXI, costumbres inhumanas. Si alguna vez os habéis cruzado con una mujer que lleve un burka por la calle, os habréis dado cuenta de que es una situación algo incómoda el hecho de cruzarte más bien con “algo” que con alguien. Cuando me crucé con esta mujer, un niño pequeño acompañado de su madre también pasaba en ese instante por el mismo lugar que yo, y el niño al ver el burka se asustó y se puso a llorar. Yo no estoy en contra de que estas personas sean fieles a su cultura aquí en nuestro país, pero si es verdad que podían intentar ser menos estrictos ya que nuestra cultura es totalmente distinta a la de ellos y eso nos puede afectar a nosotros en varios aspectos. Sino, tendríais que ver la cara que se le quedó al niño.
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