Andrea Hernández Saiz
El otro día en el descanso, una compañera y yo nos dimos cuenta del futuro estilo de la universidad. Según salís del edificio reformado por la puerta de la izquierda, se encuentran las cuatro nuevas escaleras que nos han plantado, y cada una de un color diferente. Ahí fue cuando mi compañera y yo nos miramos y nos preguntamos ¿qué, echamos una partidita al parchís? Y es que el color de cada una es roja, amarilla, verde y solo falta que la última la pinten de azul.
Así que ya sabéis, si el año que viene seguis estudiando en la maravillosa UPV, y tenéis muxo tiempo libre, en vez de hacer vida social en la cafetería, echáis una partidita al parchís. Y es que además está genial para jugar. Solo necesitáis un dado gigante que se puede tirar perfectamente al centro, y como se necesitan cuatro fichas para jugar, pues se sustituyen por cuatro personas y así es más divertido.
Si es que luego los profesores se quejarán de que no vamos a clase...¡normal! Si la universidad se decora de esta forma, es imposible que a los estudiantes no se nos ocurra alguna idea brillante para aprovechar las instalaciones. Y es que, de verdad, me gustaría que me presentasen al genio que se le ha ocurrido esta idea, porque igual le digo que pinte mi escalera para luego yo poder jugar al truqueme.
El otro día en el descanso, una compañera y yo nos dimos cuenta del futuro estilo de la universidad. Según salís del edificio reformado por la puerta de la izquierda, se encuentran las cuatro nuevas escaleras que nos han plantado, y cada una de un color diferente. Ahí fue cuando mi compañera y yo nos miramos y nos preguntamos ¿qué, echamos una partidita al parchís? Y es que el color de cada una es roja, amarilla, verde y solo falta que la última la pinten de azul.
Así que ya sabéis, si el año que viene seguis estudiando en la maravillosa UPV, y tenéis muxo tiempo libre, en vez de hacer vida social en la cafetería, echáis una partidita al parchís. Y es que además está genial para jugar. Solo necesitáis un dado gigante que se puede tirar perfectamente al centro, y como se necesitan cuatro fichas para jugar, pues se sustituyen por cuatro personas y así es más divertido.
Si es que luego los profesores se quejarán de que no vamos a clase...¡normal! Si la universidad se decora de esta forma, es imposible que a los estudiantes no se nos ocurra alguna idea brillante para aprovechar las instalaciones. Y es que, de verdad, me gustaría que me presentasen al genio que se le ha ocurrido esta idea, porque igual le digo que pinte mi escalera para luego yo poder jugar al truqueme.
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