martes, 23 de marzo de 2010

Ama, ¿Y si enfermo?

Goiuri Arroyo Orbea


Esta semana me he quedado perpleja al descubrir que no tengo derecho a faltar al trabajo por acompañar a mi hijo al médico. Tanto me ha sorprendido este artículo del convenio de maestros que no podía sino dirigir mi queja de esta semana a este tema. Pensaba que todos los trabajadores teníamos algunos derechos que yo creía fundamentales, pero al paracer no es así. Resulta que los maestros que trabajamos en la educación pública vasca, desconozco qué convenio tienen firmado en la privada, no tenemos derecho, legalmente, a acompañar a nuestros hijos al médico, ni tampoco a nuestra pareja sentimental, padre o madre. La opción que se nos ofrece es la siguiente, consultar con el director o directora del centro el motivo por el que queremos pedir unas horas y que sea él o ella la que decida si es viable o no.

Dede luego, tiene que ser una situación de lo más desagradable encontrarse en la tesitura de decidir si un compañero de trabajo puede tomarse las horas pertinentes para acompañar a sus descendientes, asdencentes o pareja al médico. No entiendo que por un lado se nos anime a la gente joven a tener hijos, con todas las dificultades económicas y laborales que encontramos en la sociedad del siglo XXI, que se fomente la natalidad, y cuando alguien decide tirar para adelante y colaborar en el aumento de la densidad de la población no sólo no se nos dé ninguna facilidad sino que se nos pongan trabas de este tipo.

Los padres necesitamos más facilidades porque desde luego un convenio como este no ayuda en absoluto a conciliar la vida familiar con la laboral. ¿Por qué tengo que elegir entre una cosa o la otra? Me siento muy capacitada para hacer las dos, eso sí, un poquito de colaboración por parte de los de arriba estaría bien. Parece que a algunos se les olvida muy rápido que ellos también son mortales y que ser político o sindicalista no supone pertener a una raza superior en la que todo es posible. Los políticos y sindicalistas deberían recordar que están donde están porque nosotros les hemos puesto ahí y que su labor es encargarse por un lado de las cuestiones del país y por otro de facilitarnos la existencia, y desde luego que tenga que andar suplicando horas para llevar a mi hijo al médico no es, en absoluto, facilitarme nada.

Tengo un hijo de dos años que obviamente no puede ir sólo al médico ¿Qué se supone que tengo que hacer si enferma? ¿Acudir a la directora del centro y convencerla de que no hay nadie más que pueda acompañalo?Y sinceramente aunque lo hubiera, es mí hijo y siento que yo como madre estoy en la obligación de acudir a sus citas médicas.

A menudo se acusa a los padres de abusar de los abuelos en la educación de nuestros hijos, no sería la primera vez que veo en las noticias un reportaje sobre abuelos que cuidan de sus nietos, pero ¿Qué otra alternativa tenemos? Pues visto lo visto yo diría que muy pocas o ninguna. Así que creo que sería conveniente revisar algunos convenios.

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