Patético Lama

Iván Jaspe

Despues de una semana de "descanso", vuelvo a meterme con el gremio del periodismo. En este caso tenemos que irnos hasta Hamburgo, donde se jugaba la final de la Europa League entre el Fulham y el Atletico de Madrid. Allí se habían desplazado unos cuantos miles de aficionados colchoneros para presenciar la final in situ y, con la excusa, visitar la ciudad del equipo que había sido eliminado por sus finalistas rivales.
Como es obvio, para retransmitir la final se habían desplazado (Con el temor de la nube volcánica) todos los medios estatales, y entre ellos, el equipo de Prisa, capitaneado por Manolo Lama. Siguiendo la línea que suelen llevar en el canal Cuatro, hacían conexiones habituales para mostrar el ambiente que se vivía en Hamburgo.
Aquí es donde viene lo indignante. En una de esas conexiones aparece Manolo Lama delante de un mendigo y rodeado de aficionados colchoneros. El pobre mendigo, lejos de ser parte accesoria de la imagen, pasa a ser el centro de atención. Como "última sorpresa" en directo, Lama propone "echar pasta al amigo" (refiriendose al mendigo). Ante la mirada perpleja y asustadiza del pobre hombre, el comentarista deportivo va relatando jocosamente todo lo que echan en el cazo: monedas, un teléfono móvil y una tarjeta de crédito para hacer la coña, una bufanda,... Todo ello sucede con las risas de fondo desde el plató en Madrid.
Total, que por hacer una despedida "graciosa" no se les ocurre otra cosa que hacer la coña con un mendigo de verdad (No es un actor), utilizando como centro de la broma precisamente su pobreza y, para ser más graciosos, echar móviles que, obviamente, retiraron.
Podría decir lo que pienso de Manolo, pero seguramente sería motivo de censura por eso de los insultos, así que me lo guardo.

El Príncipe Felipe celebró a lo grande el gol de Forlán

Aitor Arambarri Alberdi

Os lo juro. El titular que encabeza este texto está ahora mismo, 21:58 de la noche, como segunda noticia más importante del portal deportivo estatal más visitado. Inaudito. Resulta que se está jugando la final de la renombrada Europa League (para los viejos cañoneros, la UEFA de toda la vida), donde se enfrentan el Atlético de Madrid y los guiris londinenses del Fulham. Y total, que el ilustre heredero a la corona llama a los colegas y estos le dicen que no, que hoy no bajan al bar, por lo que qué mejor que plantarse en Alemania para ver la finalísima. Se rumorea que se ha pasado medio año ahorrando... (sí, ya lo sé, demagogia barata, ¡pero es que nos las ponen a huevo!).
Total, que marca gol el Uruguayo con mayúsucula y el bueno de Felipón se desboca. Atención al movimiento, por qué no solo se incorpora y se levanta de su correspondiente asiento, si no que además alarga y estrecha la mano al más puro estilo callejero con el presi del Atleti. Impresionante dosis de hooliganismo monárquico. El Frente Atlético se ha debido de quedar mudo con el desboque del principito. Todo ello de gran interés informativo, eso por descontado.
Recapitulemos y ampliemos la información. En el Hamburgo Arena entran en torno a 55.000 aficionados. La UEFA repartido las entradas de la siguiente manera: 12500 para los guiris, 12500 para los indios y el resto para ellos (muy agudos los burócratas de la UEFA). Por lo tanto, más de la mitad del aforo del estadio está lleno de famosetes de tres al cuarto y jetas de fin de semana, o por futboleros empedernidos que han pagado su correspondiente entrada a pesar de no ir con ninguno de los equipos implicados (dinero que estamos seguros se invertirá en la erradicación de la peste negra en el Africa subsahariana).
Pues bien, resulta que uno de los principales abanderados de este caradurismo presente en las gradas de Hamburgo, encima es jaleado por la calaña periodística estatal. Genial. Qué grande Felipón. Cómo se la goza. Oe oe oe. Una vez más, la prensa deportiva estatal inmiscuida en peloteos regios baratos; para eso se bastan y sobran los generalistas, no les hagais el trabajo sucio. El mismo día en el que se anuncia el recorte en los sueldos de los funcionarios vemos que la Casa Real y cía se marcan un "on tour" de hórdago por tierras teutonas. Y encima lo jaleamos. Así nos va...