jueves, 24 de junio de 2010
El cántaro de Italia se ha roto de tanto ir a la fuente
NATXO UGARTE BARAKALDO
"Ufff..." Así, aliviados, al unísono resoplamos todos cuantos ocupábamos el bar de Julio en el instante en el que Howard Webb pitó el final del partido. Italia había caído 2-3 contra Eslovaquia y estaba fuera del Mundial en la fase de grupos. Algunos agoreros y diezmados de espíritu (entre los que se incluye un servidor) pensábamos que de nuevo, la Azzurra lograría clasificarse del mismo modo que me estoy sacando yo la carrera de periodismo: apelando a la ley del mínimo esfuerzo. Pero no. Esta vez no. Ufff... (otra vez).
Aún no lo sabemos, pero estamos ante el final de una era. Se ha roto un maleficio (un bueneficio si es usted italiano). Y me explico. Italia, es la única selección capaz de salir campeona de un Mundial ganando sólo cuatro partidos de siete disputados. La única capaz de clasificarse para la fase final de la Copa del Mundo sin ganar ni un sólo partido de la fase previa. La única capaz de marcar un gol en el minuto 1, y aguantar con ese resultado sin tener la posesión del balón. La única capaz de desmontar la teoría aquella del malogrado juanito que decía: "90 minuti son molto longo". Pero es que ese es su estilo de juego. De hecho, ese modo de jugar, es conocido por un nombre italiano, il Catenaccio. Y eso le ha valido a la tetracampeona del Mundo para ser eso, tetracampeona del Mundo. Sin embargo esta vez no tocaba.
Italia ha caído del fino hilo por el que acostumbraba a hacer piruetas con los ojos cerrados. Y eso que en el último minuto del tiempo añadido, allá por el 96, ha podido llegar el gol de la clasificación en una clarísima ocasión, pero no. No era el día, algo ha cambiado. Italia ya no será campeona, y es que, tanto va el cántaro a la fuente, que al final termina rompiéndose. O como diría Juanito: "Tanti arriva il cantaro a la fontana qui finaliza quebrando".
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