sábado, 3 de julio de 2010

...Ruanda a la occidental...

Ana García Echevarría
La de Ruanda es una de las tristes historias que pueblan África. Llamó mi atención al leer "Ébano" de Kapuscinski. Profundicé con "Queremos informarle de que mañana seremos asesinados junto con nuestras familias". Ruanda fue un país colonizado por alemanes y belgas. Hasta entonces, la minoría tutsi y la mayoría hutu habían convivido sin grandes problemas. Pero llegamos los europeos y lo jodimos. La administración belga, se encargo de turnar en el poder según le convenía a hutus y tutsis, haciendo que los unos sometiesen y esclavizasen a los otros. La violencia estaba a la orden del día desde entonces y Ruanda vivía una guerra civil cuando todo saltó por los aires en 1994. El gobierno hutu comenzó a señalar a todos los tutsis como sus enemigos. Las campañas de los medios fueron brutales y los miembros del Poder Hutu alimentaron un odio que derivó en una matanza que apenas duró dos meses pero en la que murieron casi un millón de ruandeses, la mayoría a machetazos. El objetivo era acabar con los tutsis y todo hutu que se opusiese al gobierno. Un auténtico genocidio. Sin embargo, lo que más llama la atención de esta historia es el papel del primer mundo. Después de abonar el terreno al genocidio, occidente mostró una vez más su incompetencia. La matanza apenas contó con la repercusión internacional y la ONU se lavó las manos pese a su capacidad de parar el conflicto. Cuando las Naciones Unidas decidieron actuar, Estados Unidos obstaculizó y paralizó cualquier intervención, mientras que Francia se mostró favorable a los genocidas. Algo grotesco. Finalmente, el movimiento de tutsis exiliados derrocó al Gobierno y los genocidas comenzaron una larga marcha del país en la que arrastraron a muchos hutus que no querían dejar Ruanda. Entonces se vivió otra lamentable situación. Los campos de refugiados estuvieron controlados por los miembros del antiguo gobierno que asesinaban a todo el que intentaba volver a Ruanda, amparados y consentidos una vez más por occidente, en este caso, por las organizaciones humanitarias que consistieron esta situación. Incluso se llegó a crear una corriente internacional de apoyo al Poder Hutu, que meses antes había dirigido el genocidio. Es una historia triste y muy desconocida. Una vez más, una muestra de lo que nos interesa y no nos interesa en occidente, del silencio de los medios y de la historia sobre un lamentable suceso que, de haber ocurrido en Estados Unidos o Francia, todo hubiese sucedido de manera muy distinta. El mejor ejemplo me lo dio el otro día un capítulo de "Weeds". Un abuelo judío hablaba con su nieto sobre el genocidio.
- El genocidio puede volver a pasar si no estamos alerta. Nunca debe volver a ocurrir.

- Ya ha vuelto a pasar.
- ¿De qué estás hablando?
- Del genocidio. En Ruanda, Camboya, Bosnia…
- No, no. A los judíos. No debe volver a pasarles a los judíos. ¿Qué coño me importa a mi si pasa en esos sitios?

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