Jorge Cebrián Salvador
En estas fechas es fácil hacer una queja. Es una época muy dura para los estudiantes porque se acercan los exámenes que nadie quiere. Es un tiempo en el que uno está lleno de preocupaciones, nervios, angustia... mucho estrés. A esto se le une, que la mayor parte de los estudiantes dejan todo para última hora, como es mi caso, y entonces se te une el tener que hacer trabajos con el deber de estudiar. Todo se solucionaría si el día tuviese más horas, y el tiempo acompañase, porque no es lo mismo estudiar un día en la biblioteca con un sol magnífico, que estar estudiando un fin de semana mientras está lloviendo.
Y como a estas fechas nos toca aguantar todo lo que no hemos hecho hasta el momento, ahora es momento de ponernos serios y ser responsables con nuestros deberes. Sólo digo: “Pensarlo, es un mes duro, pero luego llega la recompensa, que es sol y playa”.
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