lunes, 19 de abril de 2010

Cines a precios desorbitados, no

Andrea González Martín
El Correo abre hoy su sección CIUDADANOS con el titular Los cines vizcaínos aparcan la crisis y ganan 90.000 espectadores.
No voy a ser yo quién no se alegre de que la industria cinematográfica, en este caso las salas de exhibición, logren incrementar sus ingresos y sobrevivir de momento a la crisis. Pero desde luego sí seré yo la que cada vez vaya menos al cine. Y no será porque no me guste la sensación de sentarme en esas cómodas butacas y dejarme envolver por el gran sonido e imagen de este preciado arte. Sino porque la broma de ver una película en la gran pantalla en vez de en el salón de mi casa me sale alrededor de los 5 euros tirando por lo bajo.
Porque nadie me negará que cuando acudimos al cine es muy difícil por no decir imposible resistirse al olor de las palomitas o al vaso supergigante de cocacola. Yo por lo menos no. Así que la sesión de 2 horas de película nos saldría unos 7 u 8 euros.
Y yo, como muchos otros ciudadanos, he decidido dar de comer a los cines y a las tiendas de chucherías de mi pueblo por dos razones muy sencillas. La primera, porque no me timan y la segunda porque el comercio local se lo merece.

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