lunes, 29 de marzo de 2010

Elige, mi clase o la suya

Goiuri Arroyo Orbea

Uno de los profesores organiza una conferencia para los alumnos relacionada con los temas que se están impartiendo en el aula a fin de aumentar nuestros conocimientos en la materia, además nos exigirá un trabajo sobre lo dicho en la conferencia por lo que la asistencia se convierte en obligatoria, hasta aquí todo perfecto. El horario de la conferencia coincide con las horas de clase del resto de las asignaturas y aquí empiezan los problemas. El profesor se desentiende por completo y delega la responsabilidad de comunicar al resto de profesores que los alumnos no podrán asistir a sus clases en el delegado. El delegado, como responsable de su grupo se lo notifica al resto de profesores y estos responden que ese no es su problema y que ellos, los profesores, asistirán a clase como siempre. ¿Qué se supone que debemos hacer los alumnos? La falta de coordinación entre profesores queda patente y me parece vergonzoso. Está bien que podamos aumentar nuestros conocimientos asistiendo a interesantes conferencias, pero no a costa de perder otras clases. Creo que deberían ser los propios profesores los que se coordinaran de alguna manera para que los alumnos no estemos en la tesitura de tener que elegir entre una cosa u otra. Lo cierto es que no lo entiendo. Me da igual si entre ellos se llevan bien o se llevan mal, lo que sí sé es que no tenemos porqué elegir entre una cosa u otra. Una vez más la U.P.V nos sorprende con sus patéticas actuaciones. ¿Qué es eso de pasarle el “marrón” a un alumno cuando se trata, obviamente, de un tema que deberían hablar entre ellos? El único objetivo debería ser que pudiéramos asistir a todo en lugar de tener que tomar decisiones que de seguro no agradaron a los profesores que asistieron como cada día al aula y se encontraron con un montón de pupitres vacíos. Pero ésta no es la única situación en la que el alumno sale desfavorecido y a la universidad le da igual. Existe la falsa creencia de que los alumnos estamos deseando ir a la facultad para jugar al mus en la cafetería y fumarnos las clases. No voy a negar la evidencia ya que es obvio que en algunos casos es así, pero no lo es ni en todos los casos ni en la mayoría. Algunos vamos a la universidad porque queremos aprender y así no se puede. No tenemos porque perder clases, no se me ocurre ninguna razón por la que debamos perderlas. Estamos cansados de profesores que enferman y nos dejan colgados en la puerta del aula porque no han avisado o porque allí nadie sabe nada de ellos, cansados de profesores que nos obligan a asistir a sus tutorías y ponen las tutorías en las horas de clase de otro profesor obligándonos a hacer pira. ¿Es que sólo los alumnos vemos estas cosas? ¿Es una facultad o una anarquía donde cada uno hace lo que le da la gana preocupándose única y exclusivamente de su ombligo?

Los alumnos estamos hartos de pagar por nuestra educación y ser los últimos monos. Desconozco la situación en otras facultades, pero desde luego en la facultad de ciencias sociales y de la comunicación algunos profesores hacen lo que les da la gana perjudicando a compañeros y a alumnos y por mucho que nos quejemos nadie hace nada. ¿Quién controla esto? Desde luego en nuestra universidad está claro que nadie, parece que algunos profesores hacen y deshacen a sus anchas y eso sólo nos preocupa a los alumnos como si ellos fueran seres superiores al parecer intocables.

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